LOS LUNES AL SOL

 

La verdad es que cuando uno ve este título, piensa de pronto en la película dirigida por Fernando León en 2002. Pero no. En este caso, quiero referirme a las grandes posibilidades que tiene nuestra tierra ribereña en un día cualquiera, en medio de un sol de membrillo –que es el propio del invierno- y con temperaturas, sino a bajo cero, poco falta. La dulzura que vive un oriundo de estas zonas en su día libre y de descanso.

 

Muchas son las posibilidades -por ejemplo en un lunes, cuando ha terminado el fin de semana y la mayoría de las personas retornan a sus trabajos cotidianos para ganarse el sustento con el sudor de su frente-. Pasear por la vera del río Duero en Aranda, contemplando el inmenso caudal que crece más a medida que avanza hacia Roa, como presintiendo su feliz desenlace al llegar a Oporto.

 

Panorámica del rio Duero y el Ayuntamiento de Aranda de Duero

Puente sobre el río Duero en Aranda de Duero. A la izquierda paseo a lo largo del río

 

Son algunas de las múltiples ocupaciones ociosas que se ofrecen, y que aluden a otras que tal vez no me vengan a la mente, pero que de alguna forma, están ahí latentes. Es necesario poder disfrutar de buenos momentos en la tierra que te vio nacer y criarte. La tierra que ayuda a vivir viejos recuerdos y a renovar ese disfrute y gozo de las innumerables actividades que pueden presentarse a cada paso en un día cualquiera, aunque no sea festivo, ni fin  de semana.